La evaluación de riesgos brinda una mejor comprensión científica de los peligros y amenazas, así como de la vulnerabilidad de la población y los activos expuestos a esas eventualidades. Requiere tomar en consideración las proyecciones futuras e incorporar vínculos entre las distintas etapas del ciclo de gestión de riesgos de desastre. Este proceso debe llevarse a cabo de manera abierta e incluyente. El SINAPROC ha creado varias herramientas para reforzar el uso de políticas informadas de gestión de riesgos, al recopilar y analizar datos e información sobre amenazas, exposiciones y vulnerabilidades a nivel federal y, cada vez en mayor medida, en los ámbitos estatal y municipal.

El Centro Nacional para la Prevención de Desastres (CENAPRED) creó el Atlas Nacional de Riesgos (ANR), una herramienta innovadora que integra información de los tres niveles de gobierno sobre peligros, exposición y vulnerabilidad. El ANR proporciona una visión nacional integral de todos los riesgos de desastre, naturales o provocados por el hombre, y su diseño como un Sistema de Información Geográfica (GIS, por sus siglas en inglés) brinda una excelente visualización de la relación espacial entre los peligros y la población y activos en riesgo. Aunque se utiliza principalmente para fortalecer la planeación de la respuesta a emergencias, el ANR está disponible para agencias y autoridades de protección civil. Una versión de libre acceso se encuentra disponible al público en el sitio web del CENAPRED, y en la medida que su contenido se fortalezca con el paso del tiempo, deberá contribuir cada vez más a crear conciencia pública sobre los riesgos.

El CENAPRED ha establecido vínculos sumamente valiosos con la comunidad científica, mismos que contribuyen aportando datos sólidos sobre peligros naturales al ANR, particularmente terremotos, inundaciones y tormentas tropicales; no obstante, es necesario hacer mejoras para incorporar mejor los escenarios de tsunami. Las instituciones federales brindan información detallada al ANR acerca de la exposición de la población, la vulnerabilidad social basada en los datos de censo, y la exposición de activos federales (por ejemplo, instalaciones petroquímicas, presas, redes de telecomunicaciones y electricidad, escuelas, hospitales y carreteras; véase la figura 8). Los atlas de riesgos están menos desarrollados a nivel subnacional, sobre todo el municipal debido a los costos y la falta de conocimientos técnicos.

Sin embargo, la Secretaría de Gobernación (SEGOB) ha desarrollado una estrategia congruente para afrontar estas carencias. El CENAPRED proporciona directrices y asistencia técnica a los estados y municipios para asegurar que sus atlas de riesgos sean más que sólo un inventario de peligros; asimismo, éstos deben integrar el análisis de vulnerabilidad y cumplir con las normas de interoperabilidad de datos con el Atlas Nacional de Riesgos. El Fondo Nacional para la Prevención de Desastres Naturales (FOPREDEN) inició algunos proyectos de cofinanciamiento relacionados con la elaboración y actualización de los atlas de riesgos de los estados y municipios en el año 2004. Antes de esto, sólo nueve de las 32 entidades federales habían desarrollado un atlas de riesgos, pero bajo este programa de participación en los costos, en la actualidad sólo cuatro estados no han completado el suyo.

De igual manera, SEDESOL brinda apoyo financiero para la elaboración de atlas de riesgos a nivel municipal, mismos que observan las directrices establecidas por el CENAPRED. A pesar de este esfuerzo de colaboración, los resultados no han producido atlas municipales de riesgo que sean interoperables con el Atlas Nacional de Riesgos, y la gran mayoría de los municipios no han terminado el suyo. Más adelante será importante coordinar y fortalecer el apoyo financiero y técnico para la creación de atlas de riesgos a nivel local, que serían especialmente útiles como apoyo para una planeación de uso de suelo basada en los riesgos existentes.


Además de los atlas de riesgos, el gobierno federal ha creado herramientas innovadoras de evaluación de riesgos como apoyo para dos etapas específicas del ciclo de gestión de riesgos de desastre. El CENAPRED desarrolló el Sistema de Análisis de Visualización de Escenarios de Riesgo (SAVER), una herramienta de planeación de emergencias basada en escenarios, y el FONDEN creó el sistema R-FONDEN, que genera un inventario de los activos de infraestructura pública y proporciona modelos de posibles daños por desastre a dichos activos con el objeto de perfeccionar las estrategias para el nanciamiento de riesgos. Existe potencial para fortalecer los esfuerzos actuales con el n de vincular estas herramientas y así mejorar la e ciencia y exhaustividad de los esfuerzos de evaluación de riesgos a través del SINAPROC. Por ejemplo, los escenarios de riesgos generados por el SAVER podrían resultar útiles para el R-FONDEN, y el inventario de activos del R-FONDEN debería contribuir al Atlas Nacional de Riesgos.

Los registros de fenómenos naturales pasados podrían no ser representativos de lo que suceda en el futuro. Por ejemplo, la exposición a inundaciones en los puertos de la costa del Golfo de México podría aumentar debido al incremento en el nivel del mar y el cambio en los patrones de las tormentas tropicales. Por tanto, debe reconocerse la importancia de crear el Atlas Nacional de Impacto y Vulnerabilidad ante el Cambio Climático. Una mayor investigación para el análisis de amenazas y vulnerabilidades futuras podría ayudar a planear mejor los retos que se avecinan en la gestión de riesgos en México, no limitándose al análisis retrospectivo de eventos pasados al incluir tendencias futuras como, porejemplo,losefectosdelcambioclimáticoylasproyeccionesdemográ cas.