El análisis de Inteligencia Criminal se define como la reunión sistemática, evaluación, análisis, integración y diseminación de información sobre delincuentes, especialmente en relación con sus asociaciones y su identificación con actividades delictivas de naturaleza organizada. Se centra específicamente en delitos de naturaleza organizada (Sepúlveda, 2010).

Su objeto de estudio son las relaciones entre personas, hechos y organizaciones. Se utiliza en delitos como: narcotráfico, lavado de dinero, pandillas, terrorismo o bandas de robo de autos y transportes.

Se alimenta de información obtenida mediante vigilantes especiales, escuchas telefónicas, datos de informantes, tráfico telefónico, movimientos bancarios, análisis de bienes, etc.

El analista de inteligencia criminal busca entender la estructura y jerarquía de las organizaciones delictivas, el flujo de dinero y bienes, las relaciones, actividades y planes actuales, e información personal sobre los practicantes, usualmente con el objetivo de la detección de los delincuentes involucrados y su posterior proceso penal.

El análisis de inteligencia emplea técnicas que enlazan personas con personas, personas con organizaciones, y organizaciones con organizaciones. Se realizan análisis de comunicaciones telefónicas para entender la estructura y la forma de operar de la organización, al igual que análisis de transacciones financieras para determinar los flujos monetarios y la disposición de efectivo y bienes por parte de las organizaciones delictivas.

Este análisis se realiza fuera del curso general de investigación criminal y a priori. Su propósito es proveer a los tomadores de decisiones sobre futuras ocurrencias delictivas y recomendaciones sobre las estrategias a llevar a cabo para trata con esas ocurrencias de manera efectiva y eficiente.

Inteligencia criminal es el conocimiento resultante de la evaluación y análisis de un conjunto de información recolectada de varias fuentes y referida a ciertos eventos, problemas o actividades delictivas tanto generales como específicas, con el objetivo de construir un estado de situación del delito en un determinado tiempo y lugar, así como sus diferentes manifestaciones, particularidades, perfiles y evolución.

La inteligencia criminal es el producto final de un conjunto sistemático de fases, denominado Ciclo de Inteligencia Criminal, que está conformado por seis etapas que a continuación se señalan:

  1. a)  Planeamiento y dirección, ejecutados de acuerdo a las necesidades y requerimientos prioritarios de inteligencia.
  2. b)  Reunión que resulta de la recolección continúa de información criminal adecuada y relevante.
  3. c)  Evaluación de la información a través de la clasificación de la misma y de la consideración de su valor en función de la misión y funciones policiales.
  4. d)  Análisis de la información para prevenir el delito; sobre la base de los datos reunidos, se orienta a elaborar cuadros de situación, a la identificación de tendencias y modalidades criminales, así como la elaboración de estudios estratégicos sobre los problemas y actividades criminales generales y específicas.
  5. e)  La difusión de los distintos tipos de informes de inteligencia producidos entre las distintas dependencias policiales y ministeriales que los requieran.
  6. f)  Revaluación integral del proceso en cuanto a su efectividad

Análisis operacional

Este análisis es un producto interno para las policías y está relacionado con la gestión de la seguridad patrimonial. Entre las tareas que implica se encuentran: conocer cuánto personal se necesita para cada servicio y cómo distribuirlos en tiempo y espacio (división del territorio y turnos); cuantificar la demanda y oferta de los servicios operativos para justificar una petición de aumento de personal, vehículos u otros servicios.

Describe el estudio de las operaciones de la propia empresa; incluye, por lo tanto, la distribución de recursos humanos y materiales, geográfica, organizacional y materialmente, y cómo estas operaciones y políticas tienen una mayor influencia positiva sobre los riesgos y amenazas y los desórdenes, en el área de influencia de la organización.